Si a la interpretación astrológica le sumamos los tránsitos o las progresiones, descubrimos que los ciclos planetarios se corresponden con edades críticas en la vida humana: la primera cuadratura de Urano a su posición natal - más o menos a los 22 años, el primer retorno de Saturno - entre los 28 y 30 años, el retorno de la Luna por progresión - cada 28 años, etc.
Por ejemplo, no es coincidencia que la Luna y Saturno marquen la finalización y el comienzo de un nuevo ciclo casi simultáneamente. En combinación, ambos planetas hablan de un proceso de maduración emocional. Sepamos astrología o no, todos pasamos por estos ciclos.
Muchas veces, al retorno de Saturno lo vemos con cierto temor. Se presagian crisis y karma que enfrentar. Sin embargo, lo que la astrología realmente dice es que, cuando Saturno vuelve por tránsito a su posición natal, hemos completado un ciclo y estamos listos para la próxima vuelta desde una perspectiva más experimentada.
“Ningún problema puede resolverse en el mismo nivel de conciencia en el que fue creado.“
Albert Einstein
Einstein tenía buenas razones para pensar esto.
Tratar de hacer todo lo necesario para evitar el posible karma que anuncia el retorno de Saturno es virtualmente imposible porque no tenemos el nivel de conciencia de nuestro futuro yo.
Aquellos que estamos apasionados por el desarrollo personal muchas veces y sin darnos cuenta lo que buscamos es controlar las leyes del universo más que entenderlas.
Con controlar quiero decir que, los temores que despiertan determinados procesos de crecimiento surgen porque estamos proyectando hacia el futuro lo que podemos imaginar, lo que conocemos… o sea, el pasado.
Pero… hay alguna manera de conectarse con un nivel de conciencia que pueda guiarnos hacia las soluciones?
La teoría de la relatividad de Einstein explica que el tiempo es relativo, es decir, que el tiempo se mueve a diferentes velocidades en diferentes lugares, dependiendo de la posición y el movimiento de los observadores.
Esto quiere decir, según la teoría de la relatividad, el pasado, el presente y el futuro podrían coexistir al mismo tiempo.
Usemos entonces un poco la imaginación.
Según la teoría de la relatividad, nuestro futuro yo ya puede existir. O sea, sabe más que nosotros lo que necesita para lograr determinados objetivos. Nuestro futuro yo se encuentra más adelante en el proceso evolutivo, ha recolectado más experiencias y sabe lo que debería haber hecho mejor en el pasado.
La juguetona Luna Nueva en Leo nos dice:
Se ha puesto de moda preguntarnos: “qué le dirías a tu yo del pasado?”. Cambia la pregunta a: “que me diría mi yo del futuro?”.
Según la teoría de la relatividad, la información existe. Simplemente somos nosotros los que no podemos acceder a ella por una cuestión de posición en el tiempo. Pero nuestro yo del futuro ya está allí.
La mecánica cuántica afirma que ciertas observaciones no pueden ser predichas de forma absoluta. En cambio, hay una variedad de posibles observaciones, cada una de ellas con una probabilidad diferente. Según la teoría de universos múltiples, cada una de estas observaciones posibles equivale a un universo diferente.1
Podemos traducir esto como múltiples yoes futuros a los que podemos recurrir. El punto sería hacer la pregunta que la Luna Nueva en Leo sugiere al más feliz de ellos.
Los marcos matemáticos de la mecánica cuántica y la relatividad general son bastante diferentes y no encajan fácilmente. Los investigadores continúan explorando y desarrollando ideas que podrían cerrar esta brecha, pero por ahora, una teoría completa y consistente que combine con éxito la mecánica cuántica y la relatividad sigue siendo una pregunta abierta en el campo de la física teórica.
Sin embargo, todo esto que te he explicado es ciencia (Acuario). Y con la ciencia podemos hacer algo creativo (Leo).
Entonces, sembrando lo mejor para esta nueva temporada que culmina en 6 meses, juguemos al modo leonino y si resuenas con esto, repite este mantra todas las mañanas y todas las noches:
"Al más feliz de mis futuros yo, guíame hacia ti".