Neptuno: Es Realmente el Planeta del Escapismo?
Reivindicando al dios del mar y su significado en astrología.
Cada uno de los planetas en astrología representan diferentes estados de “conciencia cósmica” (por decirlo de alguna manera) que poco tienen que ver con los comportamientos humanos. En realidad, somos nosotros quienes vamos definiendo lo que descubrimos y generalmente, le damos una significación humana, proyectando nuestra propia psique en lo que observamos.
Cuando hablamos de Neptuno, es común que lo asociemos automáticamente con el escapismo. Lo mismo sucede con el signo de Piscis, regido por Neptuno, que muchas veces se considera el signo que busca evadirse de la realidad, perdiéndose en fantasías, sueños o ilusiones. Pero, ¿es Neptuno el verdadero escapista? O, tal vez, ¿somos nosotros los que tendemos a escapar cuando su energía se hace sentir?
Para entender esto, pensemos en lo que representa Neptuno. Es el planeta que rige lo que no tiene forma definida: los sueños, el inconsciente, la espiritualidad y la disolución de límites. Neptuno es como el océano, vasto y sin fronteras claras. Cuando su influencia se siente en nuestra vida, puede ser abrumador porque nos pide que soltemos el control, que abracemos lo indefinido y lo incierto. Es ahí donde entra el verdadero desafío: enfrentarnos a la disolución de las barreras y, en lugar de abrazar esa experiencia, preferimos huir de ella.
El Miedo a Neptuno
El escapismo al que se asocia a Neptuno no proviene de su energía, sino del miedo que tenemos a ella. Nos cuesta tanto vivir en un estado de fluidez, de entrega a lo desconocido, que preferimos crear límites, restricciones o incluso sumergirnos en distracciones como una forma de evitar esa vastedad neptuniana. La sociedad nos enseña a ser productivos, a medir el éxito con logros tangibles, a tener control sobre nuestro entorno. Pero Neptuno no sigue esas reglas. Es caos creativo, es fe en lo invisible, es la aceptación de que no todo tiene que ser entendido o controlado. Y ese descontrol asusta.
Cuando no sabemos cómo lidiar con Neptuno, es cuando recurrimos al verdadero escapismo. Escapamos de la energía neptuniana para no sentirnos abrumados por la incertidumbre que trae consigo. Nos refugiamos en ilusiones, en fantasías, en adicciones o en cualquier cosa que nos permita evitar esa sensación de disolución. Neptuno no es el escapista, nosotros lo somos cuando no somos capaces de fluir con su energía.
El Control y Plutón: Otra Forma de Evitar
Este patrón no solo se ve con Neptuno, sino también con otros planetas transformadores. Pensemos en Plutón. Plutón está asociado con el poder, la transformación y la regeneración profunda. Sin embargo, muchas veces lo relacionamos con el control, con la obsesión por dominar situaciones o personas. Pero, al igual que con Neptuno, el control no proviene de la energía plutoniana en sí, sino del miedo a su verdadera esencia. Plutón nos pide que dejemos morir lo que ya no sirve, que nos transformemos, y eso implica soltar. Cuando no estamos preparados para eso, intentamos controlar desesperadamente, como una forma de evitar el inevitable proceso de transformación que Plutón demanda.
De la misma manera que controlamos por temor a Plutón, escapamos por temor a Neptuno. Y lo curioso es que, cuanto más evitamos esas energías, más nos persiguen. Neptuno, con su manto de niebla, no deja de invitarnos a disolvernos, a confiar en lo que no podemos ver, mientras que Plutón, desde las sombras, nos empuja a enfrentarnos a nuestras oscuridades más profundas y renacer.
Abrazar la Energía Neptuniana
Entonces, ¿qué significa realmente abrazar a Neptuno? Significa aceptar la incertidumbre y la falta de límites como parte de la vida. Neptuno no nos pide que escapemos de la realidad, sino que integremos lo etéreo, lo espiritual, lo que no tiene forma. Nos invita a aceptar que hay fuerzas más grandes que nosotros, que no todo puede ser explicado o controlado. Es aprender a fluir, a confiar en el proceso, a sentirnos cómodos en el vacío, en lo que parece incierto.
Vivir de manera neptuniana no es vivir en una ilusión, sino vivir en un estado de conexión profunda con algo más allá de lo tangible. Es saber que las estructuras y los límites son solo herramientas temporales, que lo real es mucho más vasto y está lleno de potencial.
Neptuno, y Piscis por analogía, no son los escapistas del zodíaco. El verdadero escapismo surge cuando no queremos enfrentarnos a la inmensidad de su energía, cuando preferimos las distracciones fáciles o las ilusiones pasajeras antes que sumergirnos en el océano infinito que representa. Al igual que con Plutón, el miedo a perder el control es lo que nos lleva a evitar su verdadero poder transformador.
Quizá sea hora de dejar de huir de Neptuno y comenzar a aprender de él, a vivir en su fluidez y aceptar que no todo necesita ser definido o controlado para ser comprendido. Porque en el espacio entre los límites y las certezas es donde realmente encontramos lo más auténtico de la vida.
Leo con profunda atención todos tus articulos
Me ha gustado muchisimo la interpretación que haces de Neptuno y Plutón
Realmente, ya era hora de reivindicar lo que realmente representan
Muchisimas gracias
¡Gran artículo y muy interesante la reflexión que haces, Paula! Me ha resonado mucho tu interpretación que comparto 100% ¡Muchas GRACIAS por todo!